Te conoci de noche,
en la ciudad de la adelfa blanca.
Por las calles dormidas,
donde los hombres muerden las flores.

Yo cantaba al diablo,
cerca de la muralla,
y andaba como un gato,
por la medina de Marrakesh.

Estabas tan vistosa,
y yo tan loco, de madugada…
buscando entre las sombas
la melodia de los recuerdos…

En aquella taberna,
donde la Luna, solo era un sueño,
el sueño de tu boca,
contro mi boca, puso de pie.

Como una estrella
cayo del cielo…
Con dos palabras,
“te quiero”.

Y todo el mar,
dentro de ti,
y todo el mal,
fuera de mi…

Quien tiene prisa, muere,
lo canta la Luna,
por el desierto…

Yo lo aprendi en tu boca,
en una noche turbia de besos.

Buscando en la medina,
el corazòn de la adelfa blanca.
Por la calle dormida,
donde tus ojos yo me encontre.



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